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¿El alcohol estimula el apetito?

Es difícil responder a la pregunta de si el alcohol estimula el apetito, en gran parte debido a la amplia variedad de bebidas alcohólicas. Algunas son efervescentes, otras son dulces, otras son saladas, algunas son más espesas y otras menos, y cada uno de estos aspectos puede suprimir o estimular el apetito.

Todo se trata de asociaciones. Por ejemplo, asociamos el vino tinto con la comida y, por lo tanto, tendemos a comer más cuando lo bebemos. El efervescente de algunas bebidas alcohólicas también puede adormecer su boca y paladar.

La relación entre el consumo de alcohol y el peso corporal es compleja e incierta, ya que puede estar influenciada por el tipo de alcohol, el nivel de consumo habitual y las diferencias entre los géneros. El consumo elevado y regular de alcohol a menudo se asocia con el aumento de peso, aunque no está claro si esto se debe al consumo de alcohol en sí mismo o a la ingesta adicional de energía proveniente de los alimentos.

Existen pruebas de que el alcohol puede estimular el apetito

El consumo de alcohol estimula el apetito y puede aumentarlo. Aunque el mecanismo no está claro, se ha sugerido que el consumo de alcohol parece eludir los mecanismos de saciedad que regulan la ingesta alimentaria a corto plazo.

Muchos estudios han intentado probar si el alcohol es realmente una sustancia estimulante del apetito, el término médico para cualquier sustancia que aumenta el apetito. Los métodos utilizados por estos investigadores varían de un estudio a otro, pero su idea central es la misma. A los participantes se les ofrecieron bebidas alcohólicas o no alcohólicas y se observaron las calorías consumidas en la siguiente comida, el hambre informada por estos participantes antes, durante y después de la comida, y su grado de satisfacción y saciedad.

El alcohol también puede estimular las células nerviosas del hipotálamo del cerebro, lo que aumenta el apetito. Estas neuronas se activan con el hambre, lo que provoca un hambre extrema, y pueden ser estimuladas por el consumo de alcohol, lo que provoca esos antojos a veces incontrolables. Del mismo modo, el alcohol afecta al sistema endocrino y a las respuestas hormonales, ambos pueden estar relacionados con la función cerebral.

Alcohol y apetito

En resumen, el alcohol puede estimular el apetito en algunas personas y llevar a una sensación de saciedad en otras. La elección específica de bebida, la frecuencia de consumo, si se ha bebido mucho o poco, la calidad del sueño o la calidad de la comida también podrían haber desempeñado un papel en los resultados.

Es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de alcohol puede tener efectos perjudiciales para la salud, incluido un aumento del riesgo de obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, se recomienda consumir alcohol con moderación y mantener una dieta equilibrada para preservar la buena salud.


HANG-OVER y el rebote gabaérgico

Cuando los niveles de GABA disminuyen después del consumo de alcohol, esto también puede afectar el apetito y la sensación de hambre. Con su fórmula única compuesta principalmente de melisa, HANG-OVER permite anticipar el rebote gabaérgico que provoca los antojos hedónicos al controlar la aparición de estos antojos, lo que también ayuda a prevenir el aumento de peso.

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