El consumo de alcohol a menudo se considera como una forma de relajarse y descansar después de un largo día, pero la verdad es que puede empeorar los síntomas de la ansiedad y la depresión. Aunque el alcohol puede proporcionar inicialmente sensaciones de relajación y calma, es un depresor que puede tener efectos negativos en la salud física y mental.
¿Cómo ocurre esto?
El alcohol disminuye la actividad del cerebro y el cuerpo. Cuando consumimos alcohol, circula por la sangre y llega al cerebro, donde interactúa con los neurotransmisores que controlan diversas funciones corporales, incluido el estado de ánimo, la cognición y el comportamiento.
Una de las formas en que el alcohol nos deprime es aumentando los niveles del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (GABA), lo que puede provocar inicialmente sentimientos de relajación y calma, lo que parece ser algo bueno. Sin embargo, con el tiempo, esto puede llevar a una disminución de la producción natural de GABA por parte del cerebro, lo que puede desencadenar y/o empeorar los síntomas de ansiedad y depresión.
El alcohol también puede interferir con la absorción y procesamiento de nutrientes, como las vitaminas B y los folatos, que son esenciales para mantener una función cerebral saludable. La deficiencia de estos nutrientes puede contribuir a sentimientos de depresión y otros problemas de salud mental.
Es importante tener en cuenta que el consumo de alcohol no es el único factor que puede empeorar los síntomas de la ansiedad y la depresión. Otros factores, como el estrés, el mal sueño y la falta de actividad física, también pueden contribuir a estos trastornos. Sin embargo, el consumo de alcohol puede exacerbar estos síntomas y hacer que sean más difíciles de manejar.
¿Cuáles son los síntomas?
Cuando el alcohol nos deprime, puede tener una serie de efectos en nuestra salud física y mental. Aquí algunos de los signos más comunes de la depresión relacionada con el alcohol:
-Reducción del tiempo de reacción: El alcohol es un depresor, lo que significa que ralentiza el sistema nervioso central del cuerpo. Esto puede traducirse en una disminución del tiempo de reacción, trastornos de la coordinación y una disminución de las habilidades motoras.
-Disminución de inhibiciones: El alcohol puede reducir las inhibiciones, lo que facilita actuar de manera más impulsiva o adoptar comportamientos riesgosos. Esto puede tener consecuencias negativas, como conducir en estado de embriaguez, tener relaciones sexuales sin protección o violencia.
-Cambios de humor: El alcohol puede provocar cambios de humor como tristeza, irritabilidad o agresividad. Esto se debe a que el alcohol afecta los niveles de neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina y la serotonina, que son responsables de regular el estado de ánimo.
-Problemas de memoria: El consumo excesivo de alcohol puede afectar la memoria y las funciones cognitivas, dificultando la memorización de eventos o el recuerdo de información.
Aliviar los efectos de la resaca con HANG-OVER
En general, aunque el alcohol puede proporcionar inicialmente sensaciones de relajación y calma, es un depresor que puede empeorar los síntomas de la ansiedad y la depresión con el tiempo. Las personas que sufren estos trastornos deben buscar la ayuda de un profesional y evitar el alcohol y otras sustancias que puedan interferir con su tratamiento. Prevén eficazmente los síntomas de la resaca con HANG-OVER. Gracias a la presencia de vitamina E, extracto de semilla de uva y N-acetil-L-cisteína en HANG-OVER, el estrés oxidativo disminuye significativamente.