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¿Hidratación proactiva o reactiva? Esperar a beber hasta tener sed puede parecer natural, pero ¿se adapta realmente este método a nuestras necesidades de salud actuales? La hidratación es más que una respuesta a la sed; es una necesidad preventiva que influye en nuestro bienestar diario. En este blog: Por qué es esencial entender las señales de nuestro cuerpo y las mejores prácticas para mantenernos hidratados.
¿Realmente tengo que esperar a sentir sed para decidirme a beber, o hay una forma mejor de gestionar mi hidratación diaria?
La hidratación es un aspecto esencial de nuestra salud diaria, que a menudo se descuida o subestima. La pregunta de si debemos esperar a tener sed para hidratarnos es habitual pero crucial.
La sed es una sensación fisiológica fundamental, descrita a menudo como una sensación de sequedad en la boca y la garganta, acompañada de un intenso deseo de beber. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos que necesita agua para mantener sus funciones vitales.
La hidratación, por su parte, se refiere a la acción de proporcionar a nuestro cuerpo el agua que necesita para funcionar de forma óptima. El agua es esencial para muchos procesos fisiológicos, como la regulación de la temperatura corporal, el transporte de nutrientes, la eliminación de residuos y la lubricación de las articulaciones. De hecho, alrededor del 60% del peso corporal de un adulto está formado por agua, lo que subraya la importancia crucial de mantener un buen nivel de hidratación para gozar de una salud óptima.
MECANISMOS DE REGULACIÓN DE LA HIDRATACIÓN
- Señales de sed enviadas por el cuerpo: Cuando nuestro cuerpo empieza a sentirse ligeramente deshidratado, se envían señales al cerebro para indicarnos la necesidad de hidratarnos. Por lo general, estas señales se perciben como una sensación de sed, que nos impulsa a buscar y consumir líquidos.
- Mecanismos fisiológicos para regular la hidratación: Una vez que hemos consumido líquidos, entran en juego varios mecanismos fisiológicos para regular la hidratación en nuestro organismo:
- Absorción intestinal: El agua que bebemos se absorbe en el intestino delgado y pasa al torrente sanguíneo, aumentando el volumen sanguíneo y la presión osmótica.
- Retención renal de agua: Los riñones desempeñan un papel crucial en la regulación del equilibrio hídrico ajustando la cantidad de agua que se reabsorbe en la sangre y la que se excreta en la orina. La hormona antidiurética (ADH) es liberada por la hipófisis para indicar a los riñones que conserven agua cuando el cuerpo está deshidratado.
- Eliminación del exceso de agua: Cuando tenemos suficiente agua en el cuerpo, los riñones ajustan la producción de orina para eliminar el exceso de agua preservando al mismo tiempo los electrolitos esenciales.
RIESGO DE DESHIDRATACIÓN
- Consecuencias de la deshidratación para la salud: La deshidratación puede tener efectos perjudiciales para nuestra salud tanto a corto como a largo plazo. Estas son algunas de las posibles consecuencias:
- Reducción del rendimiento físico y mental: La deshidratación puede provocar una reducción de la resistencia, la concentración y la coordinación, lo que puede comprometer el rendimiento físico y mental.
- Mayor riesgo de enfermedad: Una hidratación insuficiente puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud como cálculos renales, infecciones del tracto urinario, trastornos gastrointestinales y enfermedades cardiovasculares.
- Impacto en la piel y los órganos: La piel puede volverse seca, opaca y propensa a la irritación en caso de deshidratación crónica. Además, órganos vitales como los riñones pueden sufrir por falta del agua que necesitan para funcionar correctamente.
- Grupos de riesgo de deshidratación: Ciertas categorías de personas son más propensas a sufrir deshidratación que otras:
- Niños: Debido a su tamaño y peso relativamente más pequeños en comparación con los adultos, los niños tienen un menor volumen total de agua corporal, lo que les hace más vulnerables a la deshidratación, especialmente si son activos o tienen enfermedades como diarrea o fiebre.
- Las personas mayores: Con la edad, la sensación de sed suele disminuir, lo que puede provocar una hidratación insuficiente. Además, algunos medicamentos que toman habitualmente las personas mayores pueden tener efectos diuréticos, lo que aumenta el riesgo de deshidratación.
- Deportistas: El ejercicio físico intenso aumenta la pérdida de agua a través de la transpiración, lo que puede conducir rápidamente a la deshidratación si no se repone adecuadamente el agua perdida.
- Personas enfermas: Enfermedades como la fiebre, la diarrea o los vómitos provocan pérdidas importantes de agua y electrolitos, que pueden conducir rápidamente a la deshidratación si no se corrigen.
Por lo tanto, es esencial que estos grupos de riesgo, así como todas las personas, vigilen de cerca sus niveles de hidratación y se aseguren de beber suficiente agua a lo largo del día.
MITOS Y REALIDADES SOBRE LA HIDRATACIÓN
- Examinar las ideas preconcebidas sobre la hidratación y la sed:
- Mito: Hay que esperar a tener sed para hidratarse. Realidad: Aunque la sed es una señal importante de deshidratación, a veces puede retrasarse. Confiar únicamente en la sensación de sed puede conducir a una hidratación insuficiente, sobre todo en situaciones en las que las pérdidas de agua son importantes, como durante una actividad física intensa o cuando hace calor.
- Mito: Beber mucha agua siempre es mejor para la salud. Realidad: Beber demasiada también puede ser problemático, ya que diluye los electrolitos de la sangre, lo que se conoce como hiponatremia. Es importante mantener un equilibrio bebiendo lo suficiente para mantenerse hidratado sin excederse.
- Desmitificar creencias erróneas sobre el momento ideal para hidratarse:
- Mito: Es mejor beber grandes cantidades de agua de una vez. Realidad: Es más eficaz hidratarse regularmente a lo largo del día que beber grandes cantidades de agua de una sola vez. Esto ayuda a mantener un equilibrio hídrico óptimo sin sobrecargar los riñones.
- Mito: Beber bebidas energéticas o refrescos puede compensar la pérdida de agua. Realidad: Las bebidas energéticas y los refrescos pueden contener altos niveles de azúcar, cafeína y otros aditivos que pueden contribuir a la deshidratación. No hay sustituto del agua pura para rehidratar eficazmente el cuerpo.
Al desmitificar estas creencias erróneas, resulta más fácil comprender cómo mantener un buen nivel de hidratación y tomar decisiones informadas sobre cómo y cuándo hidratarse.
NECESIDADES DE HIDRATACIÓN EN FUNCIÓN DE LA SITUACIÓN
- Clima Clima: Las altas temperaturas, la humedad y la exposición al sol aumentan la pérdida de agua por transpiración, lo que requiere un aumento de la ingesta de agua para compensar.
- Actividad física: El ejercicio intenso conlleva un aumento de la producción de calor corporal y de la sudoración, lo que puede provocar una pérdida significativa de agua y electrolitos. Por ello, las personas físicamente activas necesitan hidratarse más para mantener un equilibrio hídrico óptimo.
- Salud Salud: Ciertas afecciones médicas como la fiebre, la diarrea o los vómitos provocan pérdidas importantes de agua y electrolitos, por lo que es necesario aumentar la ingesta de agua para evitar la deshidratación.
- Edad Las necesidades de agua varían en función de la edad. Los bebés, los niños y los ancianos pueden tener necesidades de hidratación diferentes debido a su tamaño, peso y capacidad para regular la temperatura corporal.
Recomendaciones generales sobre hidratación :
- Para la mayoría de los adultos sanos, se recomienda beber unos 8 vasos de agua al día, lo que equivale a unos 2 litros. Sin embargo, las necesidades individuales pueden variar en función de los factores antes mencionados.
- Durante el ejercicio, es aconsejable beber agua antes, durante y después de la actividad física para mantener la hidratación y compensar la pérdida de líquidos a través de la transpiración.
- En caso de afecciones médicas o circunstancias especiales como el calor extremo, es importante controlar cuidadosamente los niveles de hidratación y beber lo suficiente para compensar el aumento de la pérdida de agua.
LA IMPORTANCIA DE LA HIDRATACIÓN PREVENTIVA
La hidratación preventiva consiste en beber agua regularmente a lo largo del día, aunque no se tenga sed. Esto tiene varias ventajas:
- Prevenir la deshidratación: Al anticipar las necesidades de agua de nuestro cuerpo, evitamos el riesgo de deshidratación, especialmente en condiciones como el calor, el ejercicio físico intenso o la enfermedad.
- Mantenimiento de las funciones corporales: Una hidratación adecuada ayuda a nuestro organismo a funcionar correctamente, lo que incluye la regulación de la temperatura corporal, la digestión, la circulación sanguínea y la eliminación de toxinas.
- Mejora del rendimiento físico y mental: Estar bien hidratado puede aumentar la resistencia, la concentración y el estado de alerta, lo que puede mejorar nuestro rendimiento tanto físico como mental. Para mantener una hidratación adecuada sin sentir sed, es aconsejable beber agua regularmente a lo largo del día, teniendo una botella de agua a mano y bebiendo incluso antes de sentir sed. También es buena idea comer alimentos ricos en agua, como fruta y verdura, para complementar la ingesta de líquidos.
LA HIDRATACIÓN COMO FORMA DE VIDA
Incorporar una buena hidratación a la vida diaria puede hacerse adoptando estrategias sencillas como tener una botella de agua a mano, establecer recordatorios para beber con regularidad y elegir bebidas hidratantes en lugar de refrescos o bebidas azucaradas. La educación sanitaria sobre hidratación es esencial para concienciar a las personas de los beneficios de una hidratación adecuada y ayudarles a tomar decisiones informadas sobre su ingesta de líquidos.
Es esencial comprender que mantener un buen nivel de hidratación es algo más que una respuesta a la sed. Es un hábito de vida fundamental que ayuda a mantener nuestras funciones corporales, mejorar nuestro rendimiento físico y mental y prevenir las complicaciones de salud asociadas a la deshidratación.
Por ello, se anima a todo el mundo a ser consciente de sus propias necesidades de hidratación y a adoptar estrategias para incorporar una hidratación adecuada a su rutina diaria. Educando y concienciando sobre la importancia de la hidratación, todos podemos contribuir a promover una mejor salud y un bienestar óptimo para todos.